martes, abril 17, 2012

Viejos cracks y el sonido de la eterna juventud

Me dejé influenciar por un buen amigo cuando me dijo que este disco era una mierda. Por lo general coincidimos en los gustos musicales así que no lo cuestioné mucho, de eso han pasado poco más de dos meses que no volví a pensar en adquirir el último trabajo de Van Halen.

Hace un par de semanas un viejo conocido me dice que la placa estaba increíble y me dio argumentos musicales sólidos. Claro, no reparé que mi otro compadre es de la corriente de Sammy Hagar y difícilmente reconocería algo de Lee Roth, sin más me lo conseguí y me di cuenta que me demoré 60 valiosos días en escuchar este reencuentro de la banda con sus orígenes.

A Different Kind of Truth es el título del trabajo que marca el regreso de Van Halen a las pistas, esta vez encabezado por el carismático David Lee Roth y siempre comandado por el gran Eddie en la guitarra que se juntaron luego de 25 años. La única diferencia con aquellos gloriosos tiempos es que el bajo lo toca Wolfgang Van Halen, pues la bataca sigue siendo acariciada por su tío Alex.

Tattoo es el tema que abre el disco y también el sencillo radial. Un tema simple con pocas pretensiones, pero luego de este se desata la fiesta. El disco toma un camino inesperado, sorprendente. Suena fresco, tiene fuerza y energía como si estuviéramos ante un disco de los años ochenta, con toda esa onda que tan buenos dividendos le entregó a la banda hasta mediados de esa década.

David Lee Roth, al contrario de lo que dictan los años, está cantando muy bien, suena fresco y joven, la guitarra de Eddie continúa con esa magia innata, la batería de Alex marca el groove característico de la banda con ese hi hat a medio abrir que llena cualquier espacio vacío, y el bajo, bueno el bajo lo ejecuta un joven músico que viene de la misma madera, por tanto el resultado no puede ser otro que una perfecta simbiosis.

Sueno a fanático ¿verdad? pero no lo soy, de hecho Van Halen ni siquiera está dentro de mis 5 bandas favoritas más allá que algunos discos de ellos me vuelen la cabeza. Lo que pasa es que no esperaba mucho de este reencuentro. Después de tantos años de dimes y diretes. Luego de ver a David en caída libre, viejo y decadente y mirar como los años pasaban sin que Eddie y Alex lograran reactivar al cuarteto (no cuenta esa mini gira de hace 4 o 5 años) las esperanzas se habían esfumado. Pero de repente deciden juntarse, trabajar y sacar este regalo al mundo del rock.

Bienvenidas son las reuniones cuando son capaces de parir productos como A Different Kind of Truth, 13 temas que no dejarán indiferente a nadie y aunque los fanáticos de Sammy Hagar se nieguen a reconocer que el trabajo es bueno, estoy seguro que cuando anuncien visita por estos lados serán los primeros en comprar sus boletos para estar presentes en esa fiesta del hard rock. Al fin y al cabo como dice mi buen amigo "hagerista": ver a Van Halen en vivo ¡Es un deber!



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