martes, mayo 01, 2012

Thick as a Brick 2. Una apuesta arriesgada con final feliz


Lo estaba esperando con ansias. Desde que se anunció la segunda parte del Thick as a Brick de manos del incombustible Ian Anderson pensaba cómo sería escuchar la continuación de una historia que comenzó hace 40 años bajo el alero de Jethro Tull, con el riesgo y los resquemores que traen las secuelas de una gran primera parte.


Esta nueva aventura no está a cargo de la banda británica, hoy sale del cerebro de Anderson apoyado por los músicos que lo acompañan desde hace unos años en sus giras en solitario.

El disco lo tengo ya un buen rato y es de aquellos trabajos que definitivamente no entran a la primera, ni a la segunda. No es fácil digerirlo sobretodo porque carga con un pasado demasiado potente para tomarlo a la ligera, por lo mismo, uno tiene que catarlo con paciencia, degustar todos sus matices, aromas y texturas, porque las tiene y muchas.

A estas alturas ya lo escuché y lo recontra escuché y definitivamente es un trabajo que crecerá con méritos propios hasta alcanzar una madurez plena. Está lleno de "música bonita", de aquella que tiene la mano especial de Mr. Anderson. Es cierto que uno esperaría esos toques que le ponen sus compañeros de Jethro, esa cosa que a veces raya en lo heavy metal, en el golpe áspero finamente mezclado con la pausa, el matiz y la elegancia, sin embargo la banda que hoy lo acompaña hace un trabajo fenomenal.

Ian Anderson - Thick As a Brick 2, trae  17 cortes, mi favorita es Old School Song, precisamente de esas que condimentan el disco con riff pesados "de la vieja escuela". Es largo como para ir tema por tema, no vale la pena tampoco considerando que estamos hablando de un trabajo conceptual que hay que entenderlo en su plenitud. En resumen no pierdan más tiempo y comiencen a escucharlo, les aseguro que estarán pegados un buen rato dándole vueltas a este nuevo gran regalo que nos trae el cerebro loco y creativo de Ian Anderson.


martes, abril 24, 2012

Accept y su oda al heavy metal

Ya me había convencido que nunca más tendría un disco de heavy metal en mis manos y con eso me refiero a una placa nueva que suene de verdad heavy, de ese que te deja con dolor de cuello durante días. 

Cuando todo era sólo recuerdos me hice del último disco de Accept, recién salido del horno. El Stalingrad, debutó 80 en el Billboard y ¡cómo no! si es un disco que de entrada te aplasta el cráneo con esas guitarras pesadas y riff llenos de intensión que siempre han caracterizado a la banda. 

Al escucharlo con detención de verdad quedé deslumbrado e inmediatamente recordé que esas sensaciones personales sólo me las generó el Painkiller de Judas Priest, el año 90 y el Accident of Birth de Bruce Dickinson el 97.  

Los tres discos tienen el factor común de sentir que se puede hacer buen heavy metal en tiempos en que el género ya no es negocio. En momentos en que el estilo ya no es popular como antes, en épocas en que incluso las agrupaciones clásicas experimentan con sonidos nuevos. Es ahí cuando aparecen estas obras de arte llenas de genialidad, historia, experiencia y sobre todo con un sonido sincero, de ese que se nota que sale desde el corazón y se pule con el talento.
Once canciones trae el Stalingrad, once cortes que no dan tregua. De partida técnicamente la grabación es de primer nivel, el sonido es impecable y a pesar que la tecnología digital en ocasiones le quita algo de soltura a la música, este trabajo se siente fresco y dinámico, se escucha fácil y gusta inmediatamente. 

Es el segundo disco con el vocalista Mark Tornillo, un gringo que tiene una voz privilegiada. Este tipo alcanza momentos muy similares a lo que nos tenía acostumbrado ese duende llamado UDO, sin embargo los matiza con registros aguardentosos que en ocasiones hasta le dan un toque mas rockero pero que en ningún caso le quita fuerza, al contrario, le da esa línea personal que echa por tierra cualquier dejo de nostalgia respecto a Dirkschneider.

En honor a la verdad debo comentar que la grabación del 2010, Blood of Nation, no lo escuché (aún), pero todos los datos indican que ese disco pavimentó el camino para el trabajo que hoy nos convoca. Arrasó en los ranking, hicieron una buena gira mundial y Tornillo debutó sin el peso que eso significa en una banda con la historia que arrastra Accept.

Al fin y al cabo, ya son 30 años del debut, y 3 décadas viviendo entre el escenario y los estudios de grabación no pueden arrojar otro resultado que un puñado de temas que te agarre a patadas en el culo. Espero verlos pronto por estos lados, ahí estaré rememorando mis años de adolescente cuando mi mundo giraba en torno al metal y dándole las gracias, puño en alto, por mantener flameando la bandera del Heavy Metal.



viernes, abril 20, 2012

Bruce Dickinson - Live Chile 1997 (Full Concert)

Un regalo para el fin de semana. Bruce y Adrian juntos el año 97 en el Velódromo del Estadio Nacional. Una jornada que compartieron con DIO, Scorpions y Jason Bonham.



martes, abril 17, 2012

Viejos cracks y el sonido de la eterna juventud

Me dejé influenciar por un buen amigo cuando me dijo que este disco era una mierda. Por lo general coincidimos en los gustos musicales así que no lo cuestioné mucho, de eso han pasado poco más de dos meses que no volví a pensar en adquirir el último trabajo de Van Halen.

Hace un par de semanas un viejo conocido me dice que la placa estaba increíble y me dio argumentos musicales sólidos. Claro, no reparé que mi otro compadre es de la corriente de Sammy Hagar y difícilmente reconocería algo de Lee Roth, sin más me lo conseguí y me di cuenta que me demoré 60 valiosos días en escuchar este reencuentro de la banda con sus orígenes.

A Different Kind of Truth es el título del trabajo que marca el regreso de Van Halen a las pistas, esta vez encabezado por el carismático David Lee Roth y siempre comandado por el gran Eddie en la guitarra que se juntaron luego de 25 años. La única diferencia con aquellos gloriosos tiempos es que el bajo lo toca Wolfgang Van Halen, pues la bataca sigue siendo acariciada por su tío Alex.

Tattoo es el tema que abre el disco y también el sencillo radial. Un tema simple con pocas pretensiones, pero luego de este se desata la fiesta. El disco toma un camino inesperado, sorprendente. Suena fresco, tiene fuerza y energía como si estuviéramos ante un disco de los años ochenta, con toda esa onda que tan buenos dividendos le entregó a la banda hasta mediados de esa década.

David Lee Roth, al contrario de lo que dictan los años, está cantando muy bien, suena fresco y joven, la guitarra de Eddie continúa con esa magia innata, la batería de Alex marca el groove característico de la banda con ese hi hat a medio abrir que llena cualquier espacio vacío, y el bajo, bueno el bajo lo ejecuta un joven músico que viene de la misma madera, por tanto el resultado no puede ser otro que una perfecta simbiosis.

Sueno a fanático ¿verdad? pero no lo soy, de hecho Van Halen ni siquiera está dentro de mis 5 bandas favoritas más allá que algunos discos de ellos me vuelen la cabeza. Lo que pasa es que no esperaba mucho de este reencuentro. Después de tantos años de dimes y diretes. Luego de ver a David en caída libre, viejo y decadente y mirar como los años pasaban sin que Eddie y Alex lograran reactivar al cuarteto (no cuenta esa mini gira de hace 4 o 5 años) las esperanzas se habían esfumado. Pero de repente deciden juntarse, trabajar y sacar este regalo al mundo del rock.

Bienvenidas son las reuniones cuando son capaces de parir productos como A Different Kind of Truth, 13 temas que no dejarán indiferente a nadie y aunque los fanáticos de Sammy Hagar se nieguen a reconocer que el trabajo es bueno, estoy seguro que cuando anuncien visita por estos lados serán los primeros en comprar sus boletos para estar presentes en esa fiesta del hard rock. Al fin y al cabo como dice mi buen amigo "hagerista": ver a Van Halen en vivo ¡Es un deber!



jueves, abril 12, 2012

Sodom, una noche de mosh interminable.

La noche del 10 de abril nos esperaba con una dosis de Thrash Metal de la vieja escuela. El trío alemán Sodom se presentaría después de un buen rato que no pasaban por estos lados. Para mi era un bonus track en mi carretera musical ya que no los había visto antes.

Fue una de esas jornadas para compartir entre amigotes. Del trabajo nos juntamos en casa de mi amigo Jano junto a Felipe y Manuel, compartimos unas latas, enrollamos algo y al rato emprendimos la caminata en manada hacia el teatro Caupolicán en el barrio de San Diego de Santiago.



Llegando al teatro uno se encuentra con la típica fauna de los recitales thrashers: chascones de jeans ajustados y chaquetas de mezclilla con espalderas bajando unas cajas de vino en las calles aledañas, un buen contingente de pacos y el caos en la entrada donde todos tratan de entrar a empujones. Por cierto la edad promedio del respetable debe andar por los 38, ahí habíamos puros viejos cracks en busca de una banda que empezó a volarnos la cabeza en los años ochenta.

El teatro no estaba lleno, en las galerías penaban las almas pero la cancha se veía compacta. Unos 2500 a 3000 metaleros estaban apiñados esperando la salida de los germanos que sólo bastó que se pusieran a tocar para desatar el infierno.


Hay que decir que el público thrasher es de la puta madre, no hay banda ni concierto de este estilo que no se haya ido con una buena demostración salvajismo de nuestros dignos representantes locales. Dejan la vida en la cancha, derraman sangre en cada mosh y esto lo vi en Sodom, en Kreator en Anthrax, en cualquiera de estos grupos que mantienen viva la llama del verdadero y clásico Thrash Metal.

Mientras la calidad del sonido iba y venía, y el baterista hacía magia para hacer sonar las tapas de olla que la producción le puso de platillos, el set list se desarrollaba entre temas clásicos, otros más nuevos y un buen cover del tema Iron Fist de Motorhead, que debe haber sido uno de los puntos altos junto a Agent Orange, Napalm in the Morning, Fuck the Police y Remember the Fallen.


El show duró una hora y media, sin ningún tipo de parafernalia más que la guitarra, el bajo, la batería y unas cuantas banderas chilenas sobre el escenario. Una típica muestra de metal básico, simple, salvaje. Una jornada apta para compartirla con buenos amigos en torno a unas chelas, buenas tallas y humo santo.





















Set List - Santiago.




domingo, marzo 25, 2012

Lo que escuché ese día fue real y no una fantasía

La semana que termina estuvo marcada por un gran hito para el Heavy Metal. Se cumplieron 30 años desde que La Doncella de Hierro parió a ese hijo endemoniado llamado The Number of the Beast. Un disco que a todas luces es un pilar para la historia del rock en la década de los ochenta.

Recuerdo que por el año 1988 estaba enganchado con el glam metal, eran mis primeros pasos en el mundo del rock, tenía 15 años y  estaba ansioso por escuchar algo más que Bon Jovi, Poison o Guns and Roses. Había escuchado a unos compañeros del liceo hablar de Iron Maiden pero no tenía las más remota idea como era su música, así no más partí a la Feria del Disco, que en ese entonces vendía cassettes, miré todos los discos de la banda que estaban disponibles y sin más le dije a la mina del mesón que me pasara "ese de la carátula negra con el diablo rojo".


Llegué a casa, lo puse en una cassetera doble, comenzó a sonar Invaders y simplemente quedé hipnotizado. No podía creer lo que estaba escuchando, y desde ese minuto tomé de manera definitiva e incondicional este maravilloso camino por el mundo del rock. Desde ese momento Iron Maiden se convirtió en la banda de mi vida, aquella que sigo en las buenas y en las malas, a la que siempre voy a verlos cuando pasan por Chile, con Eddie en la camiseta, la que invariablemente termina estilando en sudor.

Volviendo al disco que nos convoca hoy, a estas alturas podemos asegurar que el heavy metal no habría sido lo mismo si esos 5 músicos no hubiesen hecho semejante placa. Ese año salieron excelentes trabajos de rock como el Screaming for Vengeance de Judas Priest, Creatures of the Nigth de Kiss, Iron Fist de Motorhead, Saints and Sinner de Whitesnake, Resstles and Wild de Accept, Metal on Metal de Anvil, el Live Evil de Black Sabbath, también el Coda, última entrega de Led Zeppelin luego de la muerte de Bonham, entre varios más. La competencia era dura, pero Maiden y en especial Steve Harris, sabía que era la puerta al éxito el que comenzó cuando alcanzaron el primer lugar en los ranking británicos.

The Number of The Beast fue también la presentación del nuevo frontman, Bruce Dickinson, quien a los 23 años tomó el trono luego de la salida en Paul Di´Anno, que no daba el ancho para las nuevas exigencias y objetivos del grupo. El disco salió con todo, la portada fue motivo de polémica al ser catalogada de satánica, las temáticas de las letras llegaron eran analizadas en programas religiosos que llamaban a quemar el LP mientras en las tiendas los fanáticos lo compraban sin miramientos.

8 canciones componen esta maravilla, Invaders, Children of the Damned, The Prisioner, 22 Acacia Avenue, The Number of the Beast, Run to the Hills, Gangland y Hallowed by the Name. Años más tarde incorporaron Total Eclipse como un noveno corte. Hoy por hoy, este puñado de canciones tiene chapa de clásico y al menos 3 de ellas (en negrilla)  son inamovibles en cada presentación del hoy sexteto. Si de mi dependiera también pondría como fija la tremenda 22 Acacia Avenue.

Podría analizar tema por tema, pero ¿Para qué? si cuando un disco cumple 30 años y suena mejor que el primer día es mejor que cada uno le saque el rollo que quiera, que lo disfrutemos a nuestra manera y simplemente sintamos como se hacía heavy metal en aquella época: con corazón, talento y pelotas. Y por que no, con una ayudadita del cola de flecha ;)

UP THE IRONS!






martes, marzo 20, 2012

MI PROBLEMA ES TU PROBLEMA

CARRETERA MUSICAL apoya el movimiento social de la Región de Aysén y repudia la represión del estado policial y prepotente que Hinzpeter y Piñera han levantado en Chile




#FUERAHINZPETER

miércoles, marzo 14, 2012

Roger Waters y su opera prima The Wall

Dos semanas han pasado desde que Roger Waters ofreció dos sendos shows en Santiago de Chile, actuaciones que dieron el puntapié inicial a la gira sudamericana y los primeros en ser montados en grandes estadios al aire libre en todo lo que lleva girando por el mundo.
El hombre llegó una semana antes a Santiago para coordinar cada detalle de lo que sería The Wall en vivo. En ese entonces se reunió con importantes locutores y periodistas especializados en rock, con la destacada dirigente estudiantil, Camila Vallejo, con bomberos, la gente de Un Techo para Chile y también con pelafustanes menos importantes como el presidente de nuestro país, Sebastián Piñera. Todo eso en medio de la locura que significa montar El Muro. 

 Waters tiene un discurso social, antisistémico, crítico que a veces puede sonar como cliché, como una pose o palabras maqueteadas, pero sea como sea son ideas que se agradecen por ser contenidos sólidos, atemporales que las sacó a la luz a finales de la década del 70 y que hoy están más vigentes que nunca. La desigualdad, el abuso de poder, la mentira política, la violencia policial al servicio de la elite económica son los conceptos que su música, su rock, su puesta en escena pide un espacio en la ruta para abrir los ojos y la mente de la masa que avanza dominada por el sistema actual.  

El Show

Por esas cosas de la vida las fechas cayeron un fin de semana o sea estaríamos todos esos días en función del recital, y así no más fue. Algunos amigos fueron el viernes y la mayoría estuvimos presentes el día siguiente. Comenzamos temprano con un buen asado y harta cerveza en un departamento cerca del Estadio Nacional para empezar la caminata hacia la catedral del rock unas dos horas antes del show. 

Cuando llegamos el recinto estaba a medio llenar, la entrada fue fluida y entramos tranquilamente a la cancha, quedamos casi al límite del campo con el sector vip así que la vista era ideal. El tiempo pasó rápido cuando se apagaron las luces y comenzó el recital. 

Los primeros minutos con la introducción e In the Flesh fueron apoteósicos. El sonido era perfecto y la puesta en escena ya prometía una noche llena de estímulos. Explosiones, fuegos artificiales, el avión, todo era en grande. Se dio paso a la parafernalia del muro que exhibía sendas imágenes de la película y del escenario. 

Los símbolos y las lecturas que llenaban el recinto eran una especie de enajenamiento colectivo que duró todo el espectáculo. Fue una presentación emotiva por donde se analice. Por un lado escuchar en vivo un disco y una película que uno viene disfrutando desde los 15 años y cada vez con significados diferentes en estos 23 años desde aquella primera vez. Por otra parte, ver que el inglés cada vez que pasa por Chile trae algo mejor. 

En lo estrictamente musical se disfruta de ejecuciones perfectas y melodías que lo pueden llevar a uno hasta las lágrimas. Pero lo que más me gustó fue la capacidad de dejar plasmado un mensaje con contenido. Acá es cuando el rock toma sentido, cuando uno es capaz de reflexionar en torno a lo que el artista exhibe sobre el escenario. Ayuda a comprender y a pensar en las injusticias, en lo fácil que es dejarse llevar por la corriente, a despertar a resistir a levantar la voz y decir ¡Basta! Eso para mi fue lo principal, más allá de espectacularidad de la puesta en escena.


Al final de la presentación, don Roger agradece al país, saca un papel y lee "SEÑOR PRESIDENTE, ESCUCHE A SU PUEBLO". La ovación fue ensordecedora, porque fue capaz de captar el sentir de un país que se ve pisoteado por un grupo de delincuentes de cuello y corbata que dirigen nuestra suerte. Por unos abusadores de poder y por un judío que se victimiza en público pero que ataca a puertas cerradas a todo quien ose manifestar su descontento. 

Días más tarde Roger Waters envío una carta desde Argentina contando lo que sintió cuando visitó a Piñera. Dice que salió en shock, lo encontró un mentiroso...nada que nosotros no sepamos, pero nunca está demás que se divulgue fuera de nuestras fronteras. Todo gracias a un simple recital de rock.

Galería de Imágenes












lunes, marzo 12, 2012

Adelanto exclusivo del próximo DVD de Iron Maiden


Faltan sólo 15 días para que Iron Maiden ponga a la venta en todo el mundo su nuevo dvd VIVO en Chile. Con la presentación íntegra que el sexteto tuvo en el estadio Nacional de Santiago en abril del 2011. Una jornada histórica para la fanaticada nacional y por cierto también para la banda que rockeo ante 55 mil fans que cruzaron al menos 3 generaciones. 

Acá un adelanto de lo que se nos viene.






martes, febrero 07, 2012

¡Para niños entre 5 y 99 años!

¿Que pensarías si te digo que AC/DC puede estar contigo las 24 horas del día para volarte la cabeza a punta de rock and roll y más encima entretenerte en estos días de vacaciones? pues así no más es, si no me crees mira este nuevo juego de pinball con la gráfica del Black Ice Tour y vuélvete mono. Un juego apto para niños entre 5 y 99 años.



 

¡Espero que salga alguna versión en Flipper de verdad, con la mesa y sus respectivas fichas! Sí, soy de la vieja escuela y alucinaría tener este jueguito en la sala de estar de mi departamento.

miércoles, febrero 01, 2012

Jethro Tull vuelve a la carretera con un anuncio monumental

Ian Anderson se despachó un anuncio de aquellos, en abril de este año lanza Thick As a Brick 2 – Whatever Happened to Gerald Bostok? lo que constituye la segunda parte del tremendo Thick as a Brick grabado en 1972, y que en lo personal es mi placa favorita de Jhetro Tull.


Este lanzamiento tendrá además una gira mundial que contempla interpretar en su totalidad el clásico disco de 1972 el que además contará con un interesante apoyo visual, lo cual no es muy común en las presentaciones de JT o de Anderson solista, donde siempre predomina la sobriedad. De seguro Chile será una parada obligada en la agenda del campesino.



Este trabajo no será parte de la discografía de Jethro Tull, si no que saldrá bajo la insignia de “Jethro Tull’s Ian Anderson”, agrupación en la que se hace acompañar por los mismo músicos que vinieron el 2011 al Caupolicán.


Estaremos atentos al lanzamiento y anuncio de las fechas latinoamericanas para disfrutar una vez más de la belleza musical de este genio loco del rock británico.


Canciones del nuevo disco:
From A Pebble Thrown/ Pebbles Instrumental/ Might-have-beens/Upper Sixth Loan Shark/Banker Bets, Banker Wins/ Swing It Far/Adrift And Dumfounded/Old School Song/ Wootton Bassett Town/Power And Spirit/ Give Till It Hurts/ Cosy Corner/Shunt And Shuffle/A Change Of Horses/ Confessional/Kismet In Suburbia/What-ifs, Maybes And Might-have-beens





sábado, enero 28, 2012

La Renga, Santiago 2012 - Una noche de rock reflexivo

Pasaron tres años que no visitaban Santiago y su presencia siempre genera devoción. Esa que viene del barrio bajo, de la calle, el rockero de población, el que llega con litros de vino en caja y a guata pelá. Ese es el que sigue a La Renga, el trío argentino que vino por primera vez hace 10 años y siempre llena donde tocan.

Esta vez no fue diferente y al igual que el 2008 armaron el escenario en el Velódromo del Estadio Nacional y se presentaron ante unas 4 mil personas que antes pasaron el rato con las chicas nacionales Lilits y los argentinos Jauría.

A eso de las 21.30 del sábado 21 de enero del 2012 se apagaron las luces y comenzó la presentación de La Renga, la cancha estaba insoportable, no debe haber sido fácil aguantar el demoledor cariño de los fans, al menos desde la galería así se percibía y hay que decir que  la postal era fantástica.

Sin embargo al poco correr del show la cosa comenzó a perder onda. Problemas de sonido con el bajo, el juego de luces no era tan espectacular para el tipo de parrillas que lucía el escenario, hasta el punto en que en un tema simplemente se apagaron y los músicos lo terminaron a oscuras. El set list estuvo compuesto en un 85% de temas nuevos y el resto fue dedicado a los clásicos lo que tuvo repercusiones en el público y muchos comentaban negativamente esa decisión, le podemos sumar  largas pausas entre tema y tema que le quitaron continuidad.

Pero siempre es mejor ver la mitad llena del vaso y cuando la banda se presenta en vivo demuestra ser una agrupación con pelotas. Esa fuerza que da el barrio y la vida dura La Renga sabe como interpretarla. En cada tema el trío dejó todo en el escenario a pesar del dolor que aún los azota luego de ver, hace 6 meses, como un fan moría frente a ellos tras recibir un golpe de bengala.
La Renga tiene  una mirada crítica y social de lo que pasa alrededor y hoy hacen causa común con las reivindicaciones indígenas y el martirio que el pueblo Mapuche sufre en ambos lados de la cordillera.

En tributo a la etnia olvidada y pasada a llevar por el capitalismo diabólico, la agrupación abrió las puertas del escenario para que mapuches del territorio argentino y chileno invitaran a la audiencia a comprender la real situación en que se encuentran, donde el Estado de ambas naciones actúa en beneficio de los grandes conglomerados económicos despojándolos de sus tierras, borrando costumbres y enterrando su cultura.
Fue un momento emotivo, escuchado con atención y respeto por las 4 mil personas que comprendieron que esa noche el rock era más que diversión. Esa noche el rock fue capaz de rescatar el valor de lo humano y levantar la mirada para ver al del lado.

Esta es la quinta vez que los veo, en estos años he pasado de la galería a la cancha, para volver a mirar contemplativamente desde el asiento la evolución de la banda. Esta vez no fue su mejor presentación, de eso no hay dudas, pero bueno rock es rock y siempre es bienvenido verlo y sentirlo en vivo y en directo. Por supuesto cada banda, cada presentación deja imágenes imborrables y esta no fue la excepción.














viernes, enero 27, 2012

Especial Blues - BUDDY GUY

Un breve reconocimiento a este exponente del blues de chicago nacido a mediados de los 30. Su estilo ha hecho e hizo escuela en grandes como Jimmy Hendrix, Steve Ray Vaughan, Eric Clapton y The Rolling Stones. Ha compartido escenario con los maestros del sonido del alma de todos los tiempos hasta hoy. Acá hacemos un brevísimo repaso por su propia Carrretera Musical.