jueves, abril 12, 2012

Sodom, una noche de mosh interminable.

La noche del 10 de abril nos esperaba con una dosis de Thrash Metal de la vieja escuela. El trío alemán Sodom se presentaría después de un buen rato que no pasaban por estos lados. Para mi era un bonus track en mi carretera musical ya que no los había visto antes.

Fue una de esas jornadas para compartir entre amigotes. Del trabajo nos juntamos en casa de mi amigo Jano junto a Felipe y Manuel, compartimos unas latas, enrollamos algo y al rato emprendimos la caminata en manada hacia el teatro Caupolicán en el barrio de San Diego de Santiago.



Llegando al teatro uno se encuentra con la típica fauna de los recitales thrashers: chascones de jeans ajustados y chaquetas de mezclilla con espalderas bajando unas cajas de vino en las calles aledañas, un buen contingente de pacos y el caos en la entrada donde todos tratan de entrar a empujones. Por cierto la edad promedio del respetable debe andar por los 38, ahí habíamos puros viejos cracks en busca de una banda que empezó a volarnos la cabeza en los años ochenta.

El teatro no estaba lleno, en las galerías penaban las almas pero la cancha se veía compacta. Unos 2500 a 3000 metaleros estaban apiñados esperando la salida de los germanos que sólo bastó que se pusieran a tocar para desatar el infierno.


Hay que decir que el público thrasher es de la puta madre, no hay banda ni concierto de este estilo que no se haya ido con una buena demostración salvajismo de nuestros dignos representantes locales. Dejan la vida en la cancha, derraman sangre en cada mosh y esto lo vi en Sodom, en Kreator en Anthrax, en cualquiera de estos grupos que mantienen viva la llama del verdadero y clásico Thrash Metal.

Mientras la calidad del sonido iba y venía, y el baterista hacía magia para hacer sonar las tapas de olla que la producción le puso de platillos, el set list se desarrollaba entre temas clásicos, otros más nuevos y un buen cover del tema Iron Fist de Motorhead, que debe haber sido uno de los puntos altos junto a Agent Orange, Napalm in the Morning, Fuck the Police y Remember the Fallen.


El show duró una hora y media, sin ningún tipo de parafernalia más que la guitarra, el bajo, la batería y unas cuantas banderas chilenas sobre el escenario. Una típica muestra de metal básico, simple, salvaje. Una jornada apta para compartirla con buenos amigos en torno a unas chelas, buenas tallas y humo santo.





















Set List - Santiago.




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