miércoles, octubre 20, 2010

Electric Mary: Rock australiano de alto octanaje

  • Ya se está convirtiendo en una sana costumbre que de cuando en vez aparezcan desde la lejana Oceanía bandas cargadas del más puro Rock and Roll, sin adornos ni mayores concesiones que enchufarse a los amplificadores y comenzar a rockear.
Electric Mary es una de aquellas, un cuarteto australiano que basa su trabajo en sonidos clásicos, con actitud rocanrolera de bar de mala muerte, de esos llenos de humo y cerveza derramada por el suelo. El cuarteto formado por Rusty (voz), Irwin y Pete (guitarras), Venom (batería) y Alex (bajo), ya cuentan en su curriculum teloneos a Whitesnake, Alice Cooper y Glenn Hughes en sus respectivos shows por aquellas latitudes del mundo, presentaciones a lo grande sin duda, lo cual los dejó rápidamente bajo la mirada de la fanaticada rockera.

Los oriundos de Melbourne definen sus influencias en los grandes nombres de los setenta, como Rainbow, Aerosmith, Queen o Dio, pero también aliñan lo suyo con algo de Guns and Roses y Free. O sea, rock 100% rock, al cual yo le agregaría una interesante y notorio tufillo a The Black Crowes, esa cosa medio campestre pero con voltaje, todo lo anterior se refleja en las palabras de su vocalista, Rusty, que se refiere al disco debut, Down to the Bone, como "una placa repleta de Rock and Roll. Es todo lo que queremos hacer y refleja cabalmente el espíritu del grupo".

Soy de la idea que entre tanta banda llena de tipos virtuosos, tocando mil notas en pocos segundos con temas extremadamente complejos, siempre es bien recibida un grupo que se pare en el escenario a poner pelotas y actitud, fiesta y entretención, que al escucharla den ganas de tener una botella de cerveza en cada mano para seguir dándole al tema siguiente, eso me produjo la María Eléctrica.










sábado, octubre 16, 2010

Rush en Chile ¡MAGISTRALES!

  • En los últimos años nos han visitado las mejores y más grandes bandas de rock del planeta con impresionantes puestas en escena, pero lo que Rush entregó el domingo 17 de octubre en el Estadio Nacional de Santiago fue sencillamente a otro nivel.

El trio canadiense llegó por fin a nuestro país bordeando los 40 años de trayectoria, pero la espera valió la pena, pues Lee, Peart  y Lifeson entregaron un espectáculo que no tiene comparación alguna. La puesta en escena, el despliegue técnico, la calidad del sonido, el concepto y sobretodo la interpretación musical, dejaron a los 40 mil asistentes extasiados de música, y de la buena.

A las 21 horas en punto se apagaron las luces y comenzó la introducción al recital con un cortometraje que simulaba los inicios de la banda en un boliche de mala muerte, tocando The Spirit of Radio erráticamente y con un peso y sonido de principiantes que poco a poco agarró el poder necesario gracias a la activación del botón mágico. Fue en ese entonces cuando el trio en pleno aparece sobre el escenario y el Estadio Nacional simplemente se vino abajo.
Los miles de fieles que llegaron al coliseo de Ñuñoa no daban crédito de estar cara a cara con Rush, el sueño ya se hizo realidad y sólo había que disfrutar de las 3 horas de espectáculo que tendríamos por delante.
Desde un principio los norteamericanos dejaron claro que cerrar la gira en Chile significaba dar lo mejor en el escenario, y literalmente le prendieron fuego. En tanto la fanaticada hacía lo suyo desgarrando las gargantas para llegar a los tonos de Lee y saltando sin cesar bajo las hipnóticas notas del trio. La cancha poco a poco se convertía en una olla a presión.

La intensidad continuó con Time Stand Still, Presto, Stick It Out, Workin´ Them Angels, Leave That Thing Alone, Faithless y BU2B, seguidilla que nos entregó una sobredosis de talento para dar paso a la maravillosa Freewill.  A esas alturas Chile estaba rendido a Rush, admiración que aumentó con Marathon y Subdivisions, para cerrar una primera parte que ya tenía a los parroquianos tocando las puertas del cielo gracias a estos dioses del rock.

20 minutos de descanso para los músicos y  público que sirvió para recuperar fuerzas y comentar los pormenores como el homenaje en pantalla y discurso a los 33 mineros víctimas y todo eso que ya bien conocemos.
La máquina del tiempo poco a poco iba pasando de la década de los setenta a los cambiantes 80 hasta que llegó a 1981 y se vino lo mejor del show, la segunda parte cargada de clásicos y más y más talento sobre el escenario. El disco Moving Picture fue interpretado en su totalidad, debo decir que personalmente Peart me tenía hipnotizado con su performance en los tarros, intentando descifrar como tocaba cada figura en esa batería interminable, y por su parte el viejo Alex poniendo en jaque la resistencia de la Time Machine con solos de guitarras celestiales, o infernales según se mire o se sienta, que al escucharlos con los ojos cerrados daba la impresión de estar bajo la grabación digital y perfecta del estudio, pero no, el hombre hacía su pega en vivo y en directo, siempre regalando una sonrisa a la hinchada que los idolatró cada vez que rasgó las cuerdas de su guitarra.

Tom Swayer, YYZ y Closer to the Heart, colmaron corazones y acrecentaron fidelidad a Rush, un discazo interpretado en directo, un regalo a los años de espera que fue coronado con Caravan, tema que será parte de su próximo disco y que refleja el excelente momento que vive la banda y el regreso a los más pesado, rockero y grandilocuente de los originales de Toronto. 

Como si lo anterior no bastara, Rush nos tiró encima la Overtura de 2112, Temples of Syrinx, Far Cry para rematar con el mejor tema instrumental de todos los tiempos, La Villa Strangiatto y la tremenda Working Man, que fue un cañonazo lleno de poder donde los músicos terminaron por dejarlo todo, absolutamente todo sobre el escenario.

Sería todo, se baja el telón y el espectáculo termina con una recreación de dos fanaticos que entran con pases falsos al camarin de los músicos con la idea de obtener un autografo de cada uno de ellos, que luego de ciertos dialogos obtienen lo que querían terminando con la frase "ellos son gente normal, como nosotros". Pero a decir verdad, de aquello no estoy tan seguro. Ellos no son normales.













GALERÍA FOTOGRÁFICA



























 Fotos: Ignacio Paz.

lunes, octubre 04, 2010

Halford - Made of Metal

  • Metal God ya lanzó por el mundo su última creación Made of Metal, un disco que trae lo escencial que uno esperaría en un trabajo de Mr. Halford: Heavy Metal directo, potente y genuino, y a pesar que esta placa no es precisamente una oda al HM que nos tiene acostumbrado, hay que decir que Rob nuevamente no sólo no decepciona si no que logra entregar elementos nuevos que contituyen un aporte al cabo de unas cuantas escuchas, porque algunas no son tan faciles de digerir. Esto y más escucharemos el próximo 22 de octubre en Santiago de Chile, cuando Halford desembarque con toda su artillería de metal en un concierto que promete ser histórico y que como él ya lo confirmó, será grabado integramente como el oficial de la gira 2010, "donde ustedes serán los protagonistas".

Primero hay que destacar a la banda que lo acompaña: Metal Mike Chlasciak en guitarra, Mike Davis en bajo, la bestia de los tarros llamada Bobby Jarzombek y la nueva incorporación en las 6 cuerdas, Roy Z, que además es bien recordado por su gran trabajo en los discos solistas de Bruce Dickinson.

En general Made of Metal es un disco que recorre caminos pavimentados con el clásico heavy metal de todos los tiempos, mezclado con aquel que evolucionó en los noventa con tintes algo épicos. Vamos por parte:

Esta carrera comienza con Undisputed, el típico tema metalero con todo el toque de Halford, tanto en canto como música. Nos entrega un riff rompe cuello y una base lo suficientemente potente para subirle el volumen y dejar que corra mientras van apareciendo los arreglos de guitarras  y unos interesantes detalles en la batería, que le entregan la solidez necesaria para llegar a un pick justo después del primer solo, de ahi en más nos lleva por una senda de punteos y melodías de cuerdas sujetas por una base a prueba de cañones.

El segundo track, Fire and Ice, nos transporta inmediatamente a un tema estilo Gamma Ray, un heavy metal noventero, melódico con coros épicos y con un mensaje alegre, optimista y positivo, que se nutre con una batería a doble bombo durante los dos minutos y medio que dura la canción con un juego de solos virtuosos.

Entre fuego y hielo nos vamos al Made of Metal, una denominación de la cual habría esperado más, primero porque si estás hecho de metal quiero escuchar algo que me rompa los oídos y segundo si es el nombre del disco sólo buscas unas sobredosis de poder, pero nada de eso ocurre, tiene arreglos algo tecnosos, un coro demasiado suave, muy melódico y una base rítmica sin mayor pretensión, si bien es un tema que no molesta, tampoco entusiasma, lo dejamos correr mientras vamos a buscar otra cerveza para seguir escuchando el disco.

En Speed of Sound, se nota el aporte de Roy Z, los arreglos de 6 cuerdas me recordaron a pasajes del Accident of Birth de Bruce Dickinson, incluso me atrevería a decir que Roy le dijo a Jarzombek como tocar ciertas partes de la batería, es un trabajo que indudablemente tiene su sello, es más, me aventuro con el riesgo de recibir las penas del infierno que hasta tiene ciertos toques de Maiden en algunos pasajes armónicos. Como sea, me parece interesante el aporte, además hay que consignar que la base de batería y bajo en los solos de guitarra está de la puta madre, nada derriba esa muralla. En términos vocales, Halford nos demuestra porque es MetalGod, el hombre ya roza los 60 años y canta increible. El trabajo lírico me transportó gratamente a momentos del British Steel o el Screaming For Vengance de Judas Priest.

Like There`s no Tomorrow, es otra creación que nos lleva a ese heavy metal feliz y optimista, de partida la letra empieza con "One chance one dream for you no limits to deny.." con mensajes intercalados como "stand strong and you`ll believe, stay strong and then you`ll see", en rigor buenos mensajes acompañados de armonías bien logradas aunque sin mayor pretensión, un tema simpaticón que se deja escuchar.

De acá nos vamos acercando a la mitad del disco, con uno de los mejores temas del disco: Till the Day I`ll Die, un comienzo lento, con ritmos de campo gringo con una interpeetación de Halford llena de fuerza que ya te indica hacia donde nos llevará el track. También le reconozco aquel mensaje de "acá voy que no hay tiempo que perder" y vaya que le resultó potente de la mano de Roy Z nuevamente. Si bien es un tema algo alejado del heavy metal, diría que es una perfecta pieza de un buen hard rock.

We own the Nigth, me produce sentimientos encontrados, si bien cuenta con un riff exquisito, lleno de fuerza y absolutamente heavymetalero, con una batería que marca los tiempos como un reloj a prueba de golpes que incorpora un trabajo rítmico con los bombos dificil de imitar, se diluye al llegar el coro pues pierde toda la fuerza que trae el tema consigo para transitar suavemente por una senda matizada por un teclado que si no estaba en el tema le habría hecho un gran favor.

Lo que viene es simplemente un tema que Rob Halford lo hizo para él. en Heartless entrega un desplante de toda su capacidad vocal en una canción que suena a melancólico y que es bastante suave en su base, momento en que Rob aprovecha para preparar la pista con tonos medios y una interpretación que suena a tristeza, desembocando en un coro potente con un matiz de tonalidades vocales geniales que son acompañadas de manera magistral por la batería que le da la fuerza necesaria a un tema que se mueve por la niebla y la oscuridad.

Hell Razor, nos lleva al heavy metal de un patadón con una simple pero efectiva introducción en batería, una combinación de riff de aquellos que no te permiten dejar de mover la cabeza y cuenta con un gran trabajo en las 4 cuerdas por parte de Mike Davis, de hecho le da todo el peso y la solidez a un tema que va acorde al nombre. Si quieres heavy metal clásico en este disco, escucha Hell Razor.

Lo mismo me ocurre con Thunder and Lightining, un buen tema de Heavy Rock con un coro pegajoso con una letra que comienza a preparar la pista a la decalaración de principios que es el track siguiente y que en definitva marca la honestidad de un disco absolutamente personal y sincero que a mi parecer Halford lo hizo para darse un gusto con el mismo, lo cual me parece una opción válida y plausible.

"25años tratando de ser un hombre" esa es la frase mas potente que Rob entrega en Twenty Five Years, una balada llena de sinceridad, que parece ser dolorosa al contar como durante años se sintió atrapado en una realidad dificil de aceptar, en una vida que quizá no cumpliría las expectativas de los demás y derechamente con gustos sexuales que su entorno no aceptaría: "Twenty Five Years I Tried to be a man a
and face my fears, twenty five years I´ve had the devil on my back" evocan el toque personalista de Made of
Metal, su propia declaración de principios, su puente para echar fuera años de temores de quizá no ser aceptado en un mundo intrínsicamente machista como lo es el Metal, pero que a la hora de hacerlo jamás se puso en duda su calidad de Dios del Metal, y ante eso no hay nada que lo pueda derribar.

Matador es otro tema que nos lleva a ese heavy metal noventero de dobles bombos rápidos pero con bases sencillas, con guitarras melódicas y líneas vocales de tonos alegres, es un tema que se deja escuchar y que en lo personal me entrtiene el trabajo de los tarros, tienen varias tonalidades, adornos, y combinaciones de técnicas que si le prestan atención se llevarán muchas sorpresas sobre todo en redobles combinados de caja y bombos. Es un detalle quizá, pero interesante a la hora de ponerle oreja.

Así nos vamos acercando a la parte final de esta larga placa que supera la hora de música, no es habitual que en estos tiempos en que la industria se alimenta de singles tengamos trabajos tan largos, aunque últimamente los músicos de la vieja escuela nos han entregado algunas producciones de este tipo.  I Know We Stand a Chance, es un tema que nos devuelve a lo que comenté en un principio, esa cosa media lata, ese detalle que uno no esperaria en un disco de Halford y que a decir verdad se me hace prescindible.

Mejor pasemos al último tema The Mower, que cierra de manera notable este trabajo. Halford vuelve a cantar con la fuerza que lo llevó al sitial de uno de los mejores vocalistas de Heavy Metal de la historia, las guitarras y el bajo se funden en riff cargados de poder, con un armamento que busca un baño de sangre apoyados por la batería de Jarzombek que simplemente no da tregua ni tiempo para escapar de esta ráfaga cuero y metal. Un final preciso para un disco que en definitiva está lleno de simbolismos personales de Halford, como ya lo dije se convierte en una declaración de principios que además lo condimenta con mensajes positivos, lo cual a estas alturas del partido y considerando como están las cosas en el mundo me parece loable, se celebra y se agradece.




Mustasch, desde Escandinavia al mundo

Desde hace ya un tiempo que una banda no me pateaba la neurona como lo hizo Mustasch, una agrupación sueca que apareció en mi Facebook gracias al video que un amigo compartió y de ahí en más no dudé en buscar material del cuarteto originario de Estocolmo.

Así me hice de su último y homónimo disco salido del horno hace poco más de un año, el 30 de septiembre de 2009, que nos entrega una descarga entre stoner, heavy metal, ese rock con grados de Motorhead, Danzing y una pizca de thrash ¡sí! por ahí en un par de temas le reconocí ciertas influencias del Megadeth de los noventa, recursos muy bien utilizados por Ralf Gyllenhammar en voz y guitarra, David Johannesson en guitarra principal, Mats Johansson en bajo y el baterista Danne McKenzie, que en definitiva las convierten en un disco muy compacto, con un puñado de temas que se mantienen en un ritmo incesante de adrenalina y fuerza, con una base rítmica aplastante, riff rompe cuellos y una voz recién salida del bar de la esquina luego de una noche de whisky y muchos cigarros.

No fue poca mi sorpresa al investigar sobre la banda, que este es su décimo trabajo, entre mini cd, algún compilado y trabajos en estudios, seguidilla que comenzó en 2001 con The True Sound Of The New West,  Above All de 2002, Ratsafari de 2003, Powerhouse editado el 2005, al año siguiente se despacharon el LP Parasite!, Latest Version Of The Truth en 2007, luego un compilatorio llamado Lowlife Highlights, para dar paso a una placa en directo llamada In the Night Live in Gothenburg, ambas del 2008, para rematar al año siguiente con dos trabajos: un compilatorio de sencillos "Singles A's & B's" y el ya comentado MUSTASCH.

Estos 12 temas son simples, directos, potentes, honestos y poderosos, y reflejan el típico momento de aquella madurez que una banda alcanza con poco más de 10 años de trayectoria y harto carrete arriba del escenario, participando en los mas importantes festivales de rock europeos a estadios llenos y con bandas tan grandes como la de viejo Lemmy Kilmister, experiencia que coronan con la nominación a los Grammy como la mejor banda de metal gracias a  Latest Version Of The Truth 2007 y Mustasch 2009.

Si después de leer esto no se convencen en buscar el disco, entonces hagan la prueba y vean este par de videos:

Mine (Single del disco 2009)

Down in Black del Disco Above All (2002)



http://www.mustasch.net/